La zona de bajas emisiones (ZBE) que se implantará de forma progresiva entre 2025 y 2028 en prácticamente la totalidad del casco urbano de Valencia contará con 278 cámaras que vigilarán el cumplimiento de la ordenanza que regulará esta figura, diseñada a nivel estatal para reducir la contaminación en las ciudades. El Gobierno municipal ha apostado por una normativa "blanda" para proteger sus intereses económicos (con excepciones para autónomos y pymes) y sociales (para no castigar a las personas con rentas bajas), de modo que los coches que finalmente tendrán vetado el acceso a la ciudad dentro de cuatro años serán menos del 8% de los actualmente censados.
El concejal de Movilidad, Jesús Carbonell, ha dado este lunes más detalles del borrador de la ordenanza que aprobó el pasado viernes la Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento. El texto prevé que solo los vehículos más contaminantes, es decir, los coches y motos sin etiqueta (o de etiqueta A de la DGT), tendrán prohibido circular por la ciudad a partir del 1 de enero de 2028. Además, el calendario de implantación de las restricciones de acceso será gradual: en 2025 se informará y no se multará, en 2026 se vetará el acceso a los vehículos de etiqueta A de fuera de la provincia, y en 2027 afectará a los mismos coches de la capital valenciana. En 2028, llegarán las multas, de 200 euros, al estar implementadas todas las restricciones.
"Esto significa que los coches de gasolina que el 1 de enero de 2028 tengan más de 27 años no podrán circular, y tampoco los de gasoil que a fecha 1 de enero de 2028 tengan más de 22 años", expuso Carbonell, para quien la norma fija "antigüedades más que razonables".
Además, avanzó que "a pesar de tener prohibida la circulación se podrá transitar 48 días al año", es decir, una vez a la semana, con esos vehículos. Para ello será necesaria "la tramitación administrativa correspondiente". Los afectados por las prohibiciones de las ZBE dispondrán de un título de transporte gratuito en la Empresa Municipal de Transportes (EMT) durante dos años o hasta que en ese periodo adquieran un vehículo que pueda circular sin limitaciones.
Dos zonas diferenciadas
La nueva ordenanza contempla la existencia de dos zonas de bajas emisiones en Valencia. La más generalizada es la del conjunto de la ciudad, delimitada por las rondas norte y sur, Serrería y la avenida de los Naranjos. "Los vehículos más contaminantes, los de etiqueta A, podrán circunvalar la ciudad, pero no entrar dentro, porque habrá en torno a 278 cámaras distribuidas para impedir el acceso a la zona de bajas emisiones", detalló el edil de Movilidad sobre estos límites geográficos.
La segunda, más estricta y considerada de especial sensibilidad, abarca la antigua área de prioridad residencial (APR) de Ciutat Vella Nord. Esta zona conserva los criterios actuales y sobrepone los de la ZBE genérica. "No van a poder entrar vehículos de fuera de la ciudad con etiqueta A, pero tampoco los vehículos de etiqueta A de los vecinos van a poder circular", concretó Carbonell sobre los permisos especiales.
Críticas de la oposición
Los grupos de la oposición han cargado contra la propuesta de regulación. Compromís considera que el borrador de ordenanza de la zona de bajas emisiones es una "estafa" y un "coladero", mientras el PSPV apunta a un planteamiento "de mínimos, sin informes técnicos, que no reduce la contaminación". El exconcejal de Movilidad Giuseppe Grezzi ha criticado las excepciones para poder seguir utilizando los coches más contaminantes.
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